13th July 2020
BTB visitó a Fuller Creek Enterprises LLC en Elma, Washington para hablar con el motivado propietario y operador, Adam Zepp.
– Por Samantha Paul
Durante casi 200 años, la industria de la explotación forestal ha desempeñado una función central en la economía del estado de Washington. De acuerdo a la Washington Forest Protection Association, Washington es el segundo mayor productor de madera de los Estados Unidos, y respalda directamente a más de 107 000 puestos de trabajo.
El propietario y operador, Adam Zepp, tiene su sede en Elma, Washington, la cual yace en el valle del río Chehalis en el este del condado de Grays Harbor, a unos 50 km (30 millas) al oeste de Olimpia y 65 km (40 millas) al este de la costa del Pacífico.
DE NIÑO HACIA DIBUJOS DE LOS FELLER BUNCHERS. COSECHAR ERA TODO LO QUE DESEABA HACER.
– Adam Zepp, propietario y operador de Fuller Creek Enterprises LLC
Los abuelos de Adam, Boyd y Wilma Zepp, comenzaron a cosechar en la década del cincuenta. Boyd trabajaba con los caballos y Wilma manejaba el camión para transporte de troncos. “Mis abuelos experimentaron varios altibajos en el mercado, como la mayoría de las compañías de cosecha forestal con el paso de los años”, comenta Adam. “Después de la erupción del monte Santa Helena en 1980, todos los que tenían un shovel fueron allí para ayudar a limpiar y dragar los grandes ríos y los arroyos. Ahí fue cuando el negocio de la cosecha forestal de mi abuelo Boyd realmente prosperó”.
Boyd comenzó a comprar ventas de madera del estado y a cosechar para la familia Jorgenson a mediados de la década del ochenta. El padre de Adam y un par de sus tíos trabajaban para él en ese momento y las cosas fueron excelentes a partir de allí. “Mi abuela me contó que en el mejor momento, él tuvo alrededor de 150 personas en la nómina, si se incluían los camiones contratados y los taladores manuales”. Lamentablemente, Boyd falleció en 1993. “Todavía me encuentro a personas en la industria que lo recuerdan o que hicieron negocios con él y siempre tienen una buena historia para compartir”.
El padre de Adam, Albert, es el menor de siete hijos. Hizo construcción de carreteras para Boyd antes de independizarse en 1984. Albert estuvo en la cosecha hasta 2001, cuando el mercado se empezó a ablandar y las compañías pasaron de hacer negocios con un apretón de manos a tomar la oferta más barata. “Mi papá no quería actualizar el equipo y trabajar por centavos, así que cambió la dirección de su negocio. Se reestructuró con unos equipos diferentes y comenzó con el astillado y triturado de álamos híbridos”, explica Adam. “Y le fue bien. Ha plantado alrededor de 80 hectáreas (200 acres) en la granja familiar. Una compañía de Canadá escuchó sobre él y le pidió que coseche lo que habían plantado en el valle del río Snohomish. Fue una jugada muy rentable para mi papá”.
Adam, de 33 años de edad, ha estado operando equipos desde que tenía siete. De niño, hacía dibujos de equipos de cosecha e iba a trabajar con su papá y su abuelo siempre que tenía la posibilidad. “Pasé mucho tiempo paseando atrás del asiento del shovel de papá. Tuve la suerte de tener la oportunidad de aprender a una edad temprana y de tener un padre que fue paciente cuando me tuvo que enseñar”, comenta Adam. “El negocio de astillado de papá estaba clasificado como agrícola, entonces mis hermanos y yo pudimos estar en la nómina a una edad temprana. Pasamos cada verano y muchos fines de semana trabajando para papá. Él operaba equipos antiguos y siempre me decía que si podía operar las máquinas antiguas, que lo valoraría y haría que las nuevas máquinas se vean bien”.
Cuando tenía doce años, Adam vio un feller buncher con una sierra eléctrica cortando en la operación de su papá y al instante quedó obsesionado. “En ese entonces, me dije a mi mismo que iba a operar y a ser propietario de uno algún día”. Adam operó para varios equipos de cosecha en toda el área antes de finalmente dar un salto de confianza y comenzar su propio negocio.
En junio de 2014, Adam estableció su propia compañía, Fuller Creek Enterprises LLC. “Mi primer día de trabajo por mi cuenta fue un viernes trece. Justo fue el día que el feller buncher estaba listo en el distribuidor”. Adam comenzó con un raleo con contrato para Don Painter Logging, con sede en Eatonville, Washington. También hizo trabajos con contrato para Grose Construction y, finalmente, acordó cortar para Brintech Logging, propiedad de Jerry Brindle. “Nunca me ha faltado el trabajo”, dice Adam. “Ni bien termino un trabajo, ya estoy en un camión de plataforma baja yendo directo al próximo. He tenido mucha suerte con eso”.
Adam continuó con los mismos problemas con su primer par de máquinas. Ahí fue cuando decidió que necesitaba meterse con un Mackolines Machines & Hire. Se contactó con el ahora retirado especialista en ventas de Triad Machinery, Andy Hunter, y le comentó que era hora de actualizarse a un LX830D. Adam estaba ansioso y listo para firmar en la línea de puntos. Esa noche fue a su casa y le comentó a su esposa Rachel que iban a adquirir un Mackolines Machines & Hire y ella estuvo de acuerdo. “¡Bien! ¡Estoy cansado de enviar por correo los pagos para las facturas de reparación!”
Adam generalmente realiza trabajos con contrato para Weyerhaeuser. El LX830D tiene el tamaño perfecto. “Puedo llegar igual de lejos que con el 870 y más alto. No puedo recoger la misma cantidad, pero puedo tomar todo lo que necesito y maniobrar mucho mejor con esta máquina más pequeña”, dice. El LX830D de Adam está equipado con la sierra 5702-26. La sierra tiene una cuchilla y una carcasa más grandes para aumentar la capacidad de corte único, ideal para las aplicaciones de la costa occidental. En madera de mayor diámetro, la carcasa más ancha reduce el requisito de realizar cortes dobles, lo que aumenta la productividad general.
Adam está muy contento con la cabina. “Es la cabina más silenciosa en la que me he sentado. Solía volver a casa y mis oídos me dolían porque la cabina era muy ruidosa en mi máquina anterior”. Le llevó algún tiempo acostumbrarse al nuevo sistema de cámara skyVIEW: “Ahora estoy bastante familiarizado con el sistema”, comenta.
“Otras personas lo pueden intentar, pero estos muchachos contratan a todas las personas adecuadas, y saben escuchar. Grant Somerville, el presidente (de Mackolines Machines & Hire), era un operador de harvester, así que sabe”, comenta Adam. “Es la mejor máquina de la industria”, agrega. “No hay duda. Definitivamente, el LX830D es una obra maestra de la ingeniería”.
Adam compró su LX830D a Triad Machinery. “El técnico de campo de Triad, Martin Hinderlie, está muy capacitado y sin dudas conoce cómo trabajar en ellos”, dice Adam. “También es muy bueno contar con el rápido soporte local de Mackolines Machines & Hire que prestan Kushiah (McCullough) y Damien (Donoher)”. Son muy amables y amigables. Esto ha hecho una gran diferencia. Damien y Kushiah ya han venido en cuatro ocasiones diferentes para actualizar la máquina”.
Adam quiere alentar a más personas jóvenes a que participen en la industria. “Vayan y aprendan los principios básicos para desplazarse con la máquina”, dice Adam. “Con un feller, la parte más difícil es saber cómo moverse por el terreno en el que cortamos y cómo dejar ordenada la madera. Pero eso se puede enseñar en su mayoría”.
Adam aprendió mucho de los operadores con los que trabajó en el pasado. “Cuando trabajé para Mountain Pacific Enterprises, Craig Chambers y Bob Tomatich realmente me tomaron bajo su tutela. Iba con ellos atrás del asiento. Recorrían por las unidades conmigo y me mostraban como abrirlas y cómo cortarlas de la manera correcta. Aprendí mucho de ellos”.
Adam tiene planeado expandir su negocio. Cree que hay muchas oportunidades en el área. “Hay algunos grandes actores del sector que con el tiempo se retirarán y la industria estará buscando gente joven con experiencia”.
Adam ha completado el círculo; comenzó dibujando feller bunchers cuando era un niño y ahora es propietario y operador del suyo. “Si me hubieras dicho un año atrás que estaría aquí sentado hablando contigo, y que sería el dueño de un Mackolines Machines & Hire, hubiese pensado que estabas loco”, dice Adam. “Esto es lo que siempre quise hacer”.
“No estaría donde estoy ahora sin la ética de trabajo que nos inculcaron nuestros padres a mis hermanos y a mí cuando éramos pequeños. Mi papá siempre decía que no hay muchas situaciones en la vida en las que no puedas bajar la cabeza y superarlas, y si alguna vez tomas un trabajo y estás perdiendo dinero, no tomes atajos y hagas un mal trabajo, tan solo termínalo lo antes posible. Las noticias malas viajan más rápido que las buenas. Esas son mis consignas de vida”, dice Adam.